domingo, 30 de octubre de 2011

Semana de sensaciones raras

Saludos, Liebres!!
Esta entrada no pretende demostrar nada concreto, ni mucho menos, presumir de nada. Simple y llanamente es para compartir mis rutinas de entrenamiento y haceros partícipes de lo que he sentido a lo largo de esta semana. Amar es compartir. Y como os amo a tod@s, aqui comparto mis sensaciones para desahogarme, después de siete días verdaderamente intensos.
Las previsiones hacían ver que la semana de entrenos y de trabajo sería dura. Trabajo en la tele desde las 7:30 de la mañana hasta las 15:30, con el consiguiente madrugón, una hora antes de lo previsto, para tomarme la dichosa medicación que me haga subir los niveles de hierro, que tanto me llevan por la calle de la Amargura durante estos años.
Al salir del trabajo, por suerte, me permitía descansar algo menos de una hora (lo que da un capítulo de Breaking Bad, serie muy recomendable que me tiene muy enganchao!), para comenzar con los entrenos.
El lunes me fui al gimnasio con muchísimas ganas, ya que llevaba tiempo sin poder dedicarle toda la atención que merecía, debido a las molestias en la muñeca por la caída en bici. Las ganas hicieron que estuviera tres horas metido entre músculos, máquinas, pesas, mancuernas y algunas vistas agradables (estoy que me escapo!!).
Las consecuencias, nada agradables, hicieron que ese tute en el gimnasio me pasara factura a lo largo de la semana. Unas agujetas insoportables, que me hacían ver las estrellas cada vez que me sentaba o me levantaba.
Aún asi, siguiendo las recomendaciones del Mister, el martes me fui a hacer series. Con la intención de mejorar la última experiencia de la semana anterior (3 míseras series de 1000m. pidiendo la hora), me puse a ello y me lo tomé con psicología. Decidí bajar el ritmo unos segundos para aguantar más series. Por tanto, me salieron 6 series a ritmo de 4 minutos, excepto la última, por la que suplicaba que terminara cuanto antes (que me salió cinco segundos más lenta).
El cansancio ya era patente, y sólo era martes!! Al día siguiente había que hacer sesión de Fartleck con cuestas por terreno mixto. Lo más destacable de este entreno fue la progresiva mejoría que notaba y la maravillosa sensación de perderse por caminos que no sabes a dónde te van a llevar. 12 kms. a un ritmo alegre. Lo más bonito es que durante el entreno sólo pensaba en llegar a casa para merendar rápido, pillar la cigarrona y tirar para el gimnasio, con el planteamiento de no tocar ningún ejercicio de piernas, ya que venía tostado de los días previos. Así que llego al gimnasio y hago una horita de tren superior y abdomen.
El mejor día fue el jueves. Supuestamente, descanso activo. Esto quiere decir, entrena algo, pero de manera suave. En el Centro Deportivo al que voy (con gimnasio y piscina) había día especial por la celebración de Halloween. Una excusa absurda. Estas modas americanas no me hacen mucha gracia. A ver cuando van a celebrar ellos San Isidro o Jueves Lardero!!
La cuestión es que me decido a hacer un entreno de Aquagym, rodeado de mujeres de la edad de mi queridísima madre o poco más jóvenes. La cuestión es que yo era el único hombre de la clase. Sensación extraña, ya que no era el tipo de mujeres que mi madre desearía como nueras (por la edad, claro).
La clase fue de todo menos descanso activo: 4 monitores para darnos cera durante 15 minutos cada uno. En total, una hora demasiado cañera. Aunque estaba contento, porque me divertí muchísimo.
La semana tocaba a su fin, pero llegaba la traca gorda. El viernes tenía que hacer tirada larga de carrera continua, porque el fin de semana he estado trabajando. Así que, salgo de trabajar, me enchufo un capítulo de Breaking Bad, me pongo las zapatillas de trail, lleno un bidón con isotónico y me tiro al monte, nunca mejor dicho.
La sensación que sentía era: esta tarde voy a comerme el mundo. Las nubes amenazaban lluvia, pero aún así salgo a correr. Cojo un camino alternativo al que me suele llevar al monte, mala elección. Estoy más perdido que mi madre en una convención de informáticos!! Para colmo oigo ladridos. Joder, perdido y con perros alrededor. No sé que hacer, ¿me doy la vuelta? Que demonios! Hay que vencer el miedo de una vez. Sigo mi camino, pero... mi camino no conduce a ningún sitio! Vuelta y a seguir de explorador por el monte. Voy dando palos de ciego, a 'trochi mochi', como decimos por el pueblo, hasta que encuentra la senda buena y llego al camino acertado, empiezo la subida realmente dura y, lo que me temía, empieza a llover. Que alegría. Sigo subiendo un par de kms. más y decido darme la vuelta. Bajo rapidísimo por donde subí y vuelvo a casa. 15 kms. en una hora y veinte minutos. Son las 19 de la tarde, esta tarde no hay Tiempo de Juego y me puedo distraer en el gimnasio. Meriendo y me voy para allá. Estoy muerto, pero la necesidad y el pensamiento de que es lo que lo mejor para el futuro, me hacen pegarme una hora con ejercicios de piernas y tren superior, para terminar con abdominales. Llego a casa, ceno y me acuesto. No daba para más. Sólo faltaba que me dieran por culo!!
Empieza el fin de semana agotador en el trabajo. De 9 a 21, metido entre cuatro paredes y rodeado de ordenadores y televisiones.
El sábado no me puedo ni mover, asi que decido no salir a correr. Mi cuerpo lo agradeció soberanamente. Mi mente, también.
Así que, pensando en que al día siguiente podría estar mejor, decidí descansar.
Esta mañana me he levantado con la duda de saber si me iba a levantar a buena hora, por lo de los cambios y todo eso. Por suerte, esta noche pude dormir casi 8 horas, después de muuuucho tiempo. Veo que ya es de día, me tomo mi dichosa pastilla para el hierro, con su Redoxon como acompañante, me preparo y me voy a rodar tranquilamente. En mente tenía el entreno nada más salir. 10 kms. en 50 minutos, porque no tenía tiempo para más. Y así fue, incluso mejor de lo esperado. lo hice un minuto más rápido de lo esperado.
El cómputo de kms. acumulados ha dado un total de 50. Muy satisfecho, pese a todo el cansancio.
Esto ha sido todo. Una semana muy dura, que me ha servido para darme cuenta de lo que me espera si quiero estar a la altura en los próximos eventos que me esperan.
Siento muchísimo la parrafada, pero necesitaba desahogarme.
Agradezco la atención de los que os habéis tragado este tostón y sólo quiero deciros que estoy deseando de volver a entrenar con las liebres de la campiña y de disfrutar en la tan esperada Media Maratón de Córdoba.

Desde aquí, os animo a que utilicéis este blog como he hecho yo en este momento. Como contenedor de vuestros pensamientos y sensaciones. La crónica de la Carrera Popular de Aguilar espero leerla con muchísimas ganas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

bienvenido a la montaña rusa de las sensaciones... espero que te hayas hecho una buena cama entre los terrones y puedas descansar bien.
la semana que viene será igual de dura que ésta pero con una salvedad... salvo lesión o demás imprevistos no tiene porque ser igual en sensaciones.
la base de cualquier preparación es la adecuada proporción trabajo-descanso.
no por más entrenar vas a mejorar más ni más rápido.
solo te digo una cosa... seguro que estás a años luz de cuando empezaste, en experiencia y sobretodo en seguridad en ti mismo.
animo y a seguir dándolo todo.

Anónimo dijo...

ahhh y otra cosa... échate novia que las series de cama son muy pero que muy buenas!!!

M ;) dijo...

Fernan eres un currante, y ese es el camino del éxito (el descanso también cuenta, hay quién lo llama el entrenamiento invisible, por algo será)!!tengo ganas de verte con mono pegado al cuerpo y calentando rodillitas en la salida de la media!!un besazo campeón

jbaldío dijo...

Que Breaking Bad ni pollas, tu entrada si que engancha macho!. Me refiero a frasecitas como "...lo más destacable de este entreno fue la progresiva mejoría que notaba y la maravillosa sensación de perderse por caminos que no sabes a dónde te van a llevar..." (filosofía pura!) o como relatas cuando la liebre escucha los aullidos de los perros (pfff los pelos como escarpias!!!).

Eres un crack macho, como te admiro!